Pensión La Isleta del Moro

Quiero dar las gracias a Antonio,Toñi e hijos por acogernos en su restaurante al borde del mar,es un lugar idílico donde se saborea la comida mediterránea con ese toque especial que le dan a cada plato,su ensalada,sus pescados y ese arroz caldoso !!! ESPECTACULAR, de nuevo gracias por todo!!!

Bueno, vamos a empezar hablando de opiniones que realmente cuentan porque, ir de vacaciones de una semana y considerarte un "expert" en viajes es algo que debería ser prohibido en Internet, porque si así fuera, de depender de algunas opiniones, jamás saldría de mi casa. El Hostal La Isleta del Moro tiene una ubicación única y privilegiada a las orillas del Mediterráneo. Las habitaciones son perfectas para un viajero que conoce a los rincones del mundo y sabe que estamos en un "hostal" a las orillas del mar y no en un Parador de turismo, lleno de lujos innecesarios. Cómo el Hostal La isleta del moro es lo que es: "Un Hostal", es un lugar magnífico para estar en contacto con la maravillosa atmósfera del Parque Natural de Cabo de Gata. No, no estamos en Ibiza, ni Formentera, ni siquiera en Hawaii. Estamos en Almería chicos. Y, en la región, no creo que haya un ambiente más familiar y acogedor como este. El restaurante tiene menú que consiste en um plato del día (como la cuajadera, macarrones, cocido, etc... y un plato a elegir como por ejemplo un pescado fresco, del día, como un salmonete de roca, calamares, yo un lenguado y tantos otros que no me recuerdo el nombre. A la plancha o frito, lo elijes tu. Y un postre que puede ser frutas de época, helados o dulces caseros. ¿Que más se puede pedir? Las habitaciones son acojedoras, con aire acondicionado y balcón con vistas al mar. Seguro que Ernst Hemingway estaría encantado de aloj**** aquí y escribir otro gran romance... Entonces, ¿quien soy yo, para decir algo más? Para mí es un sitio familiar , histórico y icónico. Hay que conocerlo. Antes de opinar, hay que vivirlo. Y disfrutarlo.

Lo elegí para celebrar mi boda, para pasar mi noche de novios y alojar a mi familia. La excelencia de su gastronomía local, la calidad humana de todo el personal y la energía que se transmite es única

Conozco el Hostal La Isleta desde hace varios años. La ubicación es excepcional, a pie de mar, así como su restaurante. Recientemente, hemos estado alojados allí y, aparte del precio, que ha subido de 60€ a 80€, consideramos que deberían hacer algo de reforma en el edificio, y más eb kas habitaciones. Están absolutamente dejadas, con la pintura de las paredes desconchada, las ventanas no ajustan, las puertas deterioradas, etc. Es decir, que, ya que incrementan el precio más de un 30%, deberían cuidar un poco el alojamiento. La verdad es que está de pena. Por otra parte, no sabemos si han cambiado de cocinero, pero, prácticamente, todo lo que pedimos en los dos día que pasamos allí (comidas y cenas), respecto al año pasado, ha empeorado sustancialmente (por ejemplo: no se puede servir un calamar a la plancha cortado en anillas previo a echarlo a la misma, se queda como el cartón). Es una pena, porque era un lugar estupendo. Espero que mejoren.

Ochenta euros la noche por habitación doble a finales del mes de octubre... Por ese precio uno podría pensar que, además de la ubicación magnífica, que no la vamos a negar, esta pensión tiene algo más, pero nada más lejos de la realidad... Las instalaciones no son más viejas porque no es posible, las habitaciones apestan a humedad, las ventanas y puertas de madera crujen que parecen que se van a romper, las camas raquíticas y duras y del baño, mejor no hablemos (olor a tuberías, una cortina de ducha con vida propia...). Aún así, podría salv**** si estuviera todo impecable, pero la limpieza es casi peor aún: pelusas y telas de araña por todas las esquinas, la terraza llena de colillas y basura de huéspedes anteriores y para colmo, una de las camas, supuestamente hecha con sábanas limpias, estaba llena de arena de playa... Para colmo, los propietarios se quedaron una de las noches tomando copas en la terraza, justo debajo de las habitaciones y no había quién durmiese. La otra noche, cuando volvimos sobre las 00:30-1 se habían ido a acostar y por poco nos quedamos en la calle porque dejaron la puerta cerrada. Cuando aparecieron, nos dicen que claro, no les habíamos avisado de la hora a la que volveríamos... Quizás las pensiones de hace 40 años funcionaran así, pero es demencial en el siglo XXI. Así que en nuestra opinión no vale un pimiento, con lo que ofrecen al cliente, debería darles vergüenza poner ese precio. Hay albergues y hostels en grandes ciudades y capitales de todo el mundo que por 10-20€ por persona y noche le dan infinitas vueltas.