Hotel Vinas de Larrede

Soy cliente desde 2018 y hemos estado en varias ocasiones, esta última vez nos hemos ido con un sabor agridulce, suben los precios pero bajan la calidad y el nivel del hotel. Ahora es mucho más conocido y está más masificado. El personal ha cambiado y no tiene nada que ver con el nivel que tiene este hotel. La zona de la piscina es preciosa pero no creo que este adaptada para días de verano calurosos, en las escaleritas para entrar había como mínimo 30/40 avispas, se entiende que es un entorno de campo pero deberían de adecuarlo porque es casi imposible bañarte, fuera imposible tomar el sol, lleno de numerosas avispas, tábanos (que todo esto picaba) y moscas, la verdad que el entorno es precioso, pero para una foto, no para estar allí largas horas. En cuanto al desayuno también he notado que ha bajado bastante de nivel en cuanto al personal que había, echamos mucho de menos a Dora, su amabilidad y cercanía, nada que ver con lo que vivimos… hasta que la persona que había allí se acercó a tomar nota de lo que queríamos beber tardamos bastante, estaba todo el rato dentro de la cocina sin hacer caso a los que estábamos en el restaurante, tampoco es agradable comer con 20 moscas en tu comida o muertas dentro de un zumo. La cena fue muy lenta, nos sentamos 20:45 y hasta las 22:30 no acabamos, solo pedimos un par de platos y uno de ellos era solo tomate, no entiendo esa tardanza cuando solo había cuatro mesas cenando… se oyeron varias quejas de comensales por la lentitud y el camarero hizo alusión a que estaban desbordados… Para la categoría de un hotel como este deberían cuidar muchísimo mas los detalles. El hotel sigue siendo precioso y el entorno muy bonito pero desde luego hay puntos que deberían mejorar para volver a la categoría que tuvo en su día.