Hotel El Tablazo

La puntuación sería de un 3 o 3,5, pero se la dejo en 4 para no ser muy exigente. Tienen un camarero de bigote,más mayor, que parece estar más pendiente de la fecha de jubilación y de murmurar y dejarse que de atender bien al cliente. Parece que iban un poco saturados de.chollo. El desayuno es bastante deprimente. Zumo de bote. Café con leche y unas tostadas de pan acompañadas de un poco de jamón york y queso. La habitación necesitaba algo mas de limpieza. El baño con una ducha que le faltaba repasar las juntas de los azulejos. Tenía un duchon fijo y no regulable. Tiene parking alrededor del hotel y está cerca de Cuenca, del Ventano del diablo y de la Ciudad encantada.

Hoy fuimos a comer mi hijo y yo ,pedimos unas croquetas queso y jamón estaban buenas y una ensalada y de segundo dos hamburguesas que aparte de no tener nada del otro mundo te cobran por queso y bacon suplemento 2,50. cada una y ya digo ni el pan es algo especial mejor las del MacDonalds asike decepcionante

Somos una familia de Cuenca que solemos ir a cenar pero despues de esta experiencia no vamos a volver a ir ni nosotros ni nuestra familia ni nuestros amigos. Hicimos una reserva para 5 personas a las 20:00, al llegar y ver la zona de cervezas medio vacía, preguntamos si nos podíamos tomar antes una cerveza en ese espacio, a lo que nos contestaron que no que ya teníamos una mesa reservada, pero que nos podíamos tomar la cerveza allí. A los 10 minutos de haber puesto las bebidas se acerca el camarero a tomarnos nota, le decimos que vamos a esperar un poco, al rato se vuelve a acercar sin que le hubiésemos llamado y sin mediar más palabra saca su móvil y nos dice que lleva esperando 35 minutos a tomarnos nota ( No hay nadie más para cenar). Y además nos dice que nos va a explicar como funcionan las cosas, le decimos que mejor no nos explique nada, y sigue diciendo que "Si que si"" que vale que vale "que que vamos a pedir, ante tal falta de respeto, de educación de no saber atender al público, de su actitud chulesca y su prepotencia decidimos terminar la cerveza y no cenar allí. Cenamos en uno muy cerca estupendamente. Una pena.

Hemos ido a cenar a la terraza de de este hotel,al que solíamos ir con frecuencia y nos ha sorprendido que YA no puedes ir con tu perrito. Muy desagradable el dueño, teniendo en cuenta que que se trata de un hotel rural,enmedio del campo y sin lujos de ningún tipo.

Cada vez que voy a Cuenca no pierdo la oportunidad de ir a comer: El sitio es precioso y la comida bastante buena y no muy caro. Aunque la excusa de ir a comer es creo que su plato estrella, el morteruelo. Lo he comido en 100 sitios diferentes, unos mejores y otros peores, pero en ningún sitio como lo preparan aquí. Se puede decir que voy aposta por el.